En nuestro país ya empiezan a notarse los efectos de esta disminución, si bien, por el momento, es más acusada en naciones de nuestro entorno como Reino Unido u Holanda, lo cual puede ser causa de los distintos factores macroeconómicos que afectan a estos países, a pesar de formar parte todos de la Unión Europea. A pesar de que durante los primeros meses del año el volumen de inversiones mantuvo las cifras alcanzadas en ejercicios anteriores, el crecimiento del comercio online en contraposición al comercio tradicional como única modalidad comercial y la ralentización económica en el panorama internacional, unidos a la inestabilidad de los últimos meses en España, han provocado que el volumen de operaciones en el sector retail en el país esté disminuyendo de cara al final del ejercicio en comparación con datos del año pasado.
Intentaremos ilustrar esta realidad con algunos datos. En 2018 el consumo a través del comercio online creció a un ritmo del 29% en contraposición con el comercio tradicional, con una facturación que ha alcanzado los 10.116 millones de euros en el tercer trimestre, en comparación con los 2.823 millones que se facturaron en el mismo período de 2013. Esto supone un crecimiento del 260% en cinco años, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Se ha alcanzado una facturación de casi 35.000 millones de euros durante el año 2018, a su vez 7,5 veces más que en el año 2008, de acuerdo con BBVA Research.
Para poder hacer frente a la consolidación del comercio online como alternativa para los consumidores, las compañías dedicadas al retail están inmersas en procesos de implementación de nuevas modalidades comerciales, tales como servicios de click & collect o la utilización de nuevas tecnologías en las tiendas para dar un servicio más completo e inmediato al consumidor y así tratar de mejorar su experiencia de compra en tiendas físicas.
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