La globalización ha traído consigo la extensión del comercio internacional, lo que ha supuesto el aumento del riesgo de impago en operaciones comerciales. Como consecuencia de ello, y con la finalidad de proteger a las empresas europeas frente a un posible impago, surge el proceso monitorio europeo, el cual, junto con el proceso europeo de escasa cuantía, constituye uno de los mecanismos para la reclamación de créditos en el marco del comercio europeo. Analizaremos sucintamente a continuación las principales características de este procedimiento, sus diferencias con el proceso monitorio español, y las dificultades prácticas que, en materia de competencia y jurisdicción, se presentan a la hora de instarlo y, esencialmente, ejecutar el requerimiento europeo de pago resultante del mismo.
Artículo originalmente publicado en Práctica de Tribunales, Nº 160, Enero de 2023, Editorial LA LEY.