La inteligencia artificial (IA) está revolucionando la investigación médica con aplicaciones que prometen avances sin precedentes en diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades.
Sin embargo, el reciente Reglamento de Inteligencia Artificial de la Unión Europea (AI Act) impone un marco normativo que, si bien busca garantizar la seguridad y la ética, plantea interrogantes sobre su posible efecto inhibidor en la innovación médica.
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