La más sonada ha acontecido a principios de este mes de diciembre, al acordar la Unión Europea los términos generales del futuro Reglamento de IA. Contendrá tras su adopción y entrada en vigor, en una fecha que bien se puede ir a 2027, un impacto indudable en la evaluación de riesgos relacionados con las personas físicas, así como efectos en las herramientas de fijación de precios en seguros de vida y salud.
En efecto, los sistemas de IA utilizados en tales procesos pasarán a considerarse de alto riesgo y, en consecuencia, quedarán sometidos a distintos controles, tales como una evaluación de conformidad independiente, a fin de evitar la exclusión financiera y la discriminación.
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