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La financiación sostenible ha llegado para quedarse

29/03/2021
Publicado en Cinco Días

La financiación sostenible se ha hecho un hueco copando titulares como nueva fuente de financiación

Es la última moda en los mercados de capitales. La financiación sostenible se ha hecho un hueco copando titulares como nueva fuente de financiación, pero al gran público le resultarán desconocidos los criterios que aplican para catalogar la deuda como sostenible y las características que ha de tener un bono para ser verde.

La Comisión Europea no es ajena a esta incertidumbre y ha lanzado un ambicioso proyecto denominado Plan de Acción para una economía más ecológica y limpia (el Plan de Acción), que persigue examinar cómo integrar la consideración de sostenibilidad en el marco europeo de regulación financiera. La creación de un estándar de mercado para la emisión de bonos verdes es uno de los objetivos que persigue el Plan de Acción.

La historia de los bonos verdes se remonta a 2008, cuando el Banco  Mundial emitió el primer bono verde a petición de un grupo de fondos de pensiones suecos que buscaban invertir en proyectos sobre el clima. Nacía, por tanto, una nueva forma de conectar la financiación con proyectos sobre el clima.

El incremento en la demanda llevó a distintos organismos a plantearse la necesidad de crear un marco que definiese la financiación sostenible, y en 2017 la Asociación Internacional de los Mercados de Capitales, ICMA (por sus siglas en inglés), publicó un proyecto pionero denominado Los principios de los bonos verdes (Green Bond Principles, los GBP) que diseñaba una guía de recomendaciones prácticas para promover la transparencia y la divulgación de información respecto de la emisión de bonos verdes.

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