El suministro de energía eléctrica constituye un servicio de interés económico general porque la actividad económica y humana no puede entenderse hoy en día sin su existencia. Por ello tiene la consideración de “sector regulado”, lo que motiva la aprobación de una ley especial, la Ley 24/2013, que pretende garantizar “el suministro eléctrico con los niveles necesarios de calidad y al mínimo coste posible, asegurar la sostenibilidad económica y financiera del sistema y permitir un nivel de competencia efectiva en el sector eléctrico”.