Básicamente, las empresas pueden utilizar dos medios distintos para proteger sus secretos comerciales: (i) recurrir a los derechos de propiedad intelectual (patentes, derechos sobre dibujos y modelos, y derechos de autor), o (ii) proteger el acceso a esos conocimientos, valiosos para la empresa y desconocidos para el resto, y explotarlos.
En relación con el punto (ii) anterior, con la finalidad de proteger estos secretos comerciales y evitar su divulgación, la Unión Europea ha publicado la Directiva (UE) 2016/ 943, de 8 de junio de 2016, relativa a la protección de los conocimientos técnicos y la información empresarial no divulgados (secretos comerciales) contra su obtención, utilización y revelación ilícitas (la «Directiva»). Esta Directiva pretende establecer un marco jurídico adecuado para la protección de los secretos comerciales obtenidos, desarrollados y/o aplicados por las empresas.